domingo, 30 de octubre de 2011

abolamos lo demasiado grande para quebrar

los gringos acaban de tomar una decisión muy importante: acaban de decidir que cualquier banco que tenga más de 50 mil millones de dólares en activos es demasiado grande para quebrar y debe ser tratado de un modo diferente a los demás (ver aquí).

yo estoy enteramente de acuerdo con esta distinción, solo que pienso que cualquier institución bancaria que tenga más de 50 mil millones de dólares en activos se debe simplemente reempaquetar en parcelas más reducidas para que no pueda existir el riesgo de que su quiebra sea fatal para la sociedad.

no entiendo de qué libro de kafka se sacó la gran idea de que la ciudadanía debe sufrir pacientemente los abusos de las compañías que se vuelvan demasiado grandes para ser controladas, y ante todo, estar ahí para levantarlas al momento en que estas les caigan encima. quizás debería de empezar a buscar entre las novelas del marqués de sade.

en realidad nos hemos visto muy lentos para comenzar a implementar las leyes antitrust que puedan hacer más dinámicas nuestras industrias y menos riesgosos nuestros ciclos. cuál es el riesgo que puede haber para nosotros? hacer enojar a la gente que antes nada más nos veía la cara, pero eso sí, con una sonrisa?

reparcelar comercialmente a nuestros monopolios y empresas financieras no puede más que crear más oportunidades y eliminar sendas fuentes de incertidumbre empresarial, la incertidumbre de no saber exáctamente de qué modo la empresa dominante le va a hacer para otra vez torcer la ley y salirse con la suya.

para qué nos complicamos las cosas? si aplicamos todo el rigor de las leyes antitrust y reparcelamos con una meticulosa lógica de mercado a toda empresa financiera que mueva más de esos 50 mil millones, nunca va a existir el riesgo de que haya una empresa demasiado grande para quebrar, y siempre tendremos mayor competencia. lo más importante es que de este modo cada empresa va a estar a una dimensión regulable y no va a tener un poder ilimitado para corromper o intimidar.

el chiste es que los empresarios deben entender que el juego se trata de sacar los mayores retornos con lo que se les va depositando, y no de simplemente crecer del modo que sea nada más para después resultar un jarrón inquebrantable en plena tormenta.

si se cuida este principio, entonces los clientes e inversionistas irán por su propia cuenta a quien trabaja mejor, no quien captura más apretadito; y eso va a llevar a que las empresas malandrinas caigan por su propio peso (el mismo peso que hasta ahora las mantiene flotando en las glorias de trasímaco), mientras que las empresas que aportan mayor innovación, esfuerzo, visión y seguridad sean las que prosperen sin el temor de ser chiquihuiteadas por alguna empresa demasiado grande para ser tocada por la justicia.

ojalá y esto sirva de algún tipo de aportación al movimiento #occupyWallStreet, aunque con que éste pase de la protesta a la propuesta, ganamos más.